- Sal, verás que pronto hablar será cantar. Sal, verás que pronto caminar
será danzar.
- Sal y mira caer lo poco que pude colgar de mi en mi soga.
-Descuelga, varón tu alma de la luna, que vuele, que viaje conmigo.
-Tu sabes princesa que un muerto no puede cortar la soga que ata su cuello,
pero bien podría acompañarte si te llevas mi alma.
-Las almas juegan solas, como reviven las jugueterías en soledad, durante las noches infinitas de verano. Tu cuerpo no esta muerto, sobre la tierra que te cubre crecen giralunas, que buscan
con un abrazo tomar toda la noche.
- Es cierto. Y solo lo hace evidente tu mirada. Mi cuerpo esta vivo como esa radiante magnolia rosada. Oh mi Dios, que he hecho para sufrir la pena del insuicidio, quizá fue ese maldito giraluna que me abrazo a la pared, como si fuera mi amada.
- El fuego de tu mirada no ha de injuriar a un azul giraluna, caballero.¡Apenas si puede con tu alma! Ni todo un mar calmaria tanta sed.
- Ahora que ya conoces mi secreto, y sabes que mi sed no saciará con nada, entenderás porque me atrae el ardor de la soga en mi cuello y asistiras el final de mi sufrimiento.
- ¿Podría cometer semejante hazaña? A mis manos solo las llena arena de antiguos rios, y tu secreto no aparenta tener respuesta en mis labios rojos de vino y sangre.
- Oh querida, calificas de hazaña mi último suspiro, que bello creer que tus manos tienen pensamientos y que no sabran hacerlo. Acabemos y bebamos sangre inmortal para caer en los suspiros de algun raton maltrecho que juegue con nosotros hasta que vuelva a arder el sol, mientras crepitamos sulfurosos.
- Como en un circulo, volvemos sobre nuestros pasos. Si has de irte y contigo jugaran los ratones, solo la lluvia vendrà para que crezca con ella la hierba nueva, mis manos arararán la tierra virgen
donde repose tu cuello antes atado, ahora finalmente en libertad y tu suspiro traiga viento aroma cálido, piel hirviendo, luz.
- No confies en mi pureza, mi estado no ofrece mucho más que el resplandor de lo que fui. Tu conviertes mi frio en calor y eres la única que podrá hacer de mi piel el aroma certero y de mi rostro un monton de cosas lejanas. No te vayas con los pétalos marchitos, solo harás que se pierdan los animales.
- No existe lo único en mi, tu pureza es transparente ante mis ojos, como resplandeciente tu oscuridad. Pero no podría irne de vos, ni aunque el mundo perdiese todos sus pétalos, o las ànimas abandonaran mi camino. Eso es certero.
- Es cierto, lo certero en mi, eres tu. Con tu tez danzada y tu aliento abzurdo empiezas a jugar conmigo cual gato con un pequeño ovillo y la destreza del felino cazador.
- Mi intención, es la de jugar risueñamente con tu ser, más no hondar las arenas cambiantes del sentimiento y la emoción. Pero ¡que hermoso es descubrirnos ciertos el uno en el otro!
- ¡Que belleza! Mi ser se lleno de magnolias regordetas que se encontraron con el aurea misma de mi idea sobre tu hacer y se transformaron en un infinito placer lleno de luz instantanea y apacible.
