Bajo nuestro,
todo el universo empieza a arder . . .

16 de julio de 2010

Aftermath

Dime por qué todavía te deseo,
por qué tu nombre vuelve
como el hacha a la herida,
en una amarga visitación de la medianoche,
a la vera de un campo funerario
donde larvas se multiplican
húmedas babas,
recuento
i n t e r m i n a b l e
de torpezas,
dime desde esa nada donde ahora te atrincheras,
dime
por qué me basta componer
un mecanismo elemental de sílabas,
discar en el cogollo de la niebla,
las cifras de tu nombre
para que solitariamente
me agobie la esparanza
de una menuda migración de dedos por mi pelo,
de una fragancia donde habita el musgo.

De un silencio más fogoso que todas las vigilias.