Bajo nuestro,
todo el universo empieza a arder . . .

7 de septiembre de 2010

Panic & crazy in Las Vegas





Que no tengo ni una pizca de tu alma
que no nunca habré de desdoblarme
en treinta agujeritos, ojales, tajitos
para que entre una porción de mi cuerpo
en telares, colores y sedas.
Que,
si
que
no
siempre tengo los soles para arrancarte
del vientre, esa maldita manía de recostarte
entre una o dos de mis pestañas, y mirarte
al espejo como piropo de ciego
como comentario de mudo.
No te me vengas a hacer la pobrecita,
con tus medias tintes y tus vaivenes
con tus trenes, tus colectivos,
tu nada es para siempre
tu todo es relativo.
A mi,
no.